Aldo Leopold

Aldo Leopold nació en Burlington, Iowa. Creció en contacto
con la naturaleza. Durante su juventud, la familia de Leopold pasaba los
veranos en las islas Cheneaux de Míchigan.
Estudio en la Lawrenceville School en New Jersey,
y luego en la Escuela Forestal de la Universidad de Yale. Recibió el grado de Master
en Forestales en 1909.
Leopold desarrolló la apreciación por la
naturaleza en términos de ecología, fuente de recursos naturales, estética
y misterio. De allí en adelante, su vida profesional abarcó la silvicultura,
la ecología
y la escritura.
Sirvió por 19 años en el Servicio Forestal de los Estados
Unidos, en la Sección Sudoeste (Nuevo México
y Arizona)
hasta que fue transferido en 1924 al Laboratorio de Productos Forestales en Madison, Wisconsin.
En 1928
dejó el Servicio Forestal y comenzó a trabajar de manera independiente. Hizo la
mayoría de las encuestas y juegos sobre vida salvaje de los Estados Unidos.
En 1933 se convirtió en profesor de Gestión en el Departamento de
Agricultura Económica en la Universidad de Wisconsin-Madison. Vivió
en una modesta casa de dos plantas cerca del campus con su esposa e hijos, y
enseñó en la universidad hasta el día de su muerte. Hoy, su casa es un hito en
la ciudad de Madison. Uno de sus hijos, Luna, se convirtió en un
destacado profesor de hidrología y geología
en la UC Berkeley.
Su otro hijo, A. Starker Leopold, fue un
connotado biólogo, también profesor de la UC Berkeley.
Como defensor de la preservación de la vida y
las áreas salvajes, Leopold fundó la Wilderness Society en 1935. Nombrada en su honor
Aldo Leopold Wilderness limita
con la Gila National Forest en Nuevo México. Leopold fue el principal
responsable de la propuesta de Gila como área salvaje protegida. Como
resultado, en 1924,
Gila National Forest se convirtió en la primera área salvaje protegida por el
gobierno de los Estados Unidos. Juntos, Leopold Wilderness y Gila National
Forest, son a menudo considerados como el punto de partida del movimiento de
conservación de los Estados Unidos.

1.
Protesta contra
la destrucción de la tierra, buscando preservar tanto la utilidad como
la belleza del paisaje.
2.
Una simbiosis
con la tierra tanto económica como estética.
3.
Un ejercicio
de reflexión interno, sin llegar a la abstinencia o a la prohibición.
4.
La expresión
de paisaje, más que una complacencia con el dogma de la ganancia.